Vivir sin sentir sería un sinsentido.

Vivir sin sentir sería un sinsentido.
The flower that blooms last is the most rare and beautiful of all.

Friday 27 February 2015

Supernova.

Si ya sabía yo que estamos hechos de estrellas. Polvo cósmico, lo llaman. Áureo, fulgente, con un ahumado tinte de sencillez, tan auténtico, tan inefablemente mágico, que parece concebido por la mente de un niño. Y es que resulta casi nocivo ampararnos medrosamente bajo el paraguas de un olvido desterrado, absortos en mundanos agujeros negros que dicen erigir esa armónica utopía, esos pasos vacilantes, ese tímido fogonazo que nos ciega en su quimérico redil. Nos mienten, nos envenenan con el néctar del embuste, mas nosotros sucumbimos a la docilidad de lo factible, pues comprendemos una sarta de pusilánimes autómatas sin otro propulsor que el de una fe suspicaz y recelosa. Querida, que no hay sortilegio más promisorio que la certeza de lo incierto, las pesquisas incompletas, la incipiente alborada del último óculo previo a tu detonación; que no hay óbito más bello que la muerte de un lucero, y que tú cincelas tus apólogos en el purpúreo empíreo que te hospeda. Y, ¡qué sería de mí si no pecara de excéntrica, si no secundara la magia de lo ermitaño, si no alzara la voz por los astros más inhóspitos! Pues ellos — nosotros — conformamos esa centelleante calima en la que los más gregarios creen hallar cobijo. Volamos libres, redimidos e insaciables, arquitectos de un etéreo desenlace en el que no haremos sino embellecer el cielo nocturno con la incandescencia de una leyenda. Seamos fuego. Seamos vida. Seamos la noche que precede a la aurora y la aurora que alimenta de luz nuestra esencia.

Seamos estrellas.
Addah Monoceros.

Friday 20 February 2015

La hibernación de lo eviterno.

Y pensar que siempre te concebí como una elección puramente mía, infiriendo la errónea e inconclusa deducción de que tú, indómita poza de secretos, me pertenecías. Te atesoré con reverencioso desvelo, obstinada en incubar tu intangible simbiosis de cordura y pensamiento — mas tú, cual ánima errante en un agreste cementerio, te despojaste del remanso ceniciento que codicioso te asía, y te arrojaste al vacío con el anhelante fervor de un invidente que cata la luz por vez primera. 

Te veo — me veo — en el fulgurante nimbo que surca el esbozo de tu sonrisa y que tímidamente se retrae en su burdo y turbado caparazón. Ignoro las confabulaciones que perfilan su ávida travesía en el piélago de tu mente, y, pese a esto, discierno hasta la más circunspecta incógnita que pueda disfrazarte con el ajado manto de la vulgaridad. Eres la sombra oscura que, sobre el blanco fondo de un vacuo y plomizo universo, expele un resplandor tan intenso, que sólo los más audaces osan recrearse en él. Te contemplo, entre fascinada y amedrantada, y tu mirada oscura se despereza y tizna de auroras su seno, cual firmamento previo al más bello de los albores. 


Estimado preludio, ¡ráptame y llévame contigo! Coloréame, bebe de mis minucias y fútiles pesadillas, aquellas que, resentidas, amenazan con aherrojarme en su silo de detritos. Esculpe mi rostro en el espejo de mi reflejo, y escapa conmigo a la más recóndita vastedad. Hazme tu rehén, y cincela mi libertad en mis fragmentados grilletes. Hazme tuya, promisorio sino. Hazme mía.

Addah Monoceros.

Wednesday 18 February 2015

Asphodel Mazes.

Purring wind subdues my night,
Whilst my soul endures her fight,
Triggering jowls of vexation, 
Scarlet falls blurring my sight. 

And she pulls me to her loam,
Bare and hollow, just like me,
And I baptise it as my own home,
Craving to set myself free.

And my wounds brighten with beauty,
And my bawling voice is true,
And my sharp-edged inspiration,
Gathers my clot down to you.

Thus in welcoming descant,
Chiming cyclones chant outside,
Hence I lacerate my pike in two,
As wine splutters far and wide.

Dreams, they say, prove us alive,
Nonetheless, I feel deceased,
For such peaceful compensation,
Holds the finest of all deeds. 

And I drift away in rapture,
As life spills in scarlet falls,
And the breezy choir of muses,
Welcomes me across its walls.

For my wounds shine in pure beauty,
And my clot of blood is yours,
Since I am part of your Infraworld,
Gladly docking on its shores.

Addah Monoceros

Note from the author: I insidiously wrote this poem during a bromidic History lesson at the age of fourteen. It was a time when «darkness» somehow seduced me, engaging myself in an identity crisis which subsequently evolved into an almost fanatic devotion towards goth and emo idiosyncrasies. It is therefore not the best of my written work, yet it displays, on the other hand, how malleable teenage personalities can be, and furthermore how much artistry can, indeed, be held in «dark» poetry, considering there is passion and incentive when writing it.   

Sunday 8 February 2015

Per Aspera Ad Astra.

Dicen que la oscuridad carece de luz. Que su lóbrego porte se vale de un pueril egotismo para absorberla, voraz, en el umbrío retículo que conforman sus entrañas. Y pese a esto, dos atezados túneles me devoran como soles, y yo me pierdo en su dúctil meandro de estrellas. ¡Tan inmensos ellos! ¡Tan imperecederos, cual fuego fatuo a la deriva! Habéis catado, pipiolos míos, el acidulado licor de la derrota, y de vosotros brotan asilvestradas cataratas de plata y lumbre. ¿Qué habéis hecho, niños míos, para merecer semejante humillación? Cualquier ínfimo ápice de jactancia en vuestro ser se ha difumado en el olvido, y yo os contemplo, inerme y desvalida, al otro lado del cristal que bosqueja mi afligido rostro. 

Dicen que la oscuridad usurpa la luz. Mas yo la siento, la columbro, la percibo. Me espera al final del túnel, donde los sueños dormitan y mis más remotos anhelos convergen en su propio cosmos. Me devuelve la achocolatada y parda mirada, y sus pétalos parpadean en candorosa emulación del batir de mis alas. Alas que he robustecido con una circunspección tan exquisita, tan pulcra, que la idea de remontar el vuelo me embriaga en una concupiscencia antaño desconocida para mí. 

Dicen que la oscuridad priva de luz al mundo. Desconocen, empero, la calumnia de la soberbia, ese «no» que, revoltoso, se despoja del «todavía» que lo precede. Recupera ese «todavía», valiente. Surca tu fúlgido cielo de mordaces espejismos, y dómalos a tu antojo para hacerlos tuyos. Tu vida te pertenece. Tú misma te perteneces. Pues el triunfo no es sino de aquellos que osan encomendarse a sus alas y saltar sin red. 

Addah Monoceros. 

Wednesday 4 February 2015

Agrypnia.

I am a dream collector. 

I harbour them in tiny crystal basins, so vitreous and still equally stout. They scintillate in the darkness like wavering stars, dittoing fluttering eyes of heaven. For our minds comprise miscellanies so exquisitely gruesome and yet so tantalizing, one inevitably feels the urge to dash into their never-ending pivot of transient heartbeats. Have you ever listened closely? Have you ever defied fear and opened your mind to such ethereal melody? It entwines grief and joy in a woven maze of enticement, hence trapping us like flies to a spider web, blissful and terrified. I fizz in dismay, though my croon subsumes a sheer inviting whisper. The oomph of fear sends forth waves of faith I grasp with all my might. And they pull me away from that syrupy, glutinous net, and my eyes open like blooming petals as reality shakes me and shatters my crystal basins into silvery raindrops of mangled dreams. Dreams I quickly redeem and mend in a delusion where hope and endurance caress and comfort my aching self. For I am a fighter. I am a champion. I am a victor. 

I am a dream collector.

Addah Monoceros.